Para Paola Bernal, Cosquín significa algo más que el gran escenario del folclore argentino. Nació en la ciudad cordobesa, conoce bien el valle, sus calles y sus ríos. Y, como suele suceder con muchos chicos del lugar, se acercó al folclore a través del baile.
Luego de siete años en la Escuela Municipal de Folclore de Cosquín, comenzó a descubrir el canto. Y, con el tiempo, a rodearse de artistas que la marcaron: Ica Novo, Verónica Condomí —"ella es mi comadre"—, Facundo Guevara, Juan Saavedra y Chango Farías Gómez, entre muchos otros.
Con la producción de éste último, una suerte de padre de la renovación folclórica, grabó su primer disco Esperando tu llegada (2004). La apuesta no fue menor. Ella, nacida y criada en Cosquín, editó un disco con sonido de laboratorio y de fusión con jazz y bossa nova. Luego los presentaría en la Plaza Próspero Molina, con DJ y programaciones.
"Disfruté mucho de la convivencia y la experimentación junto al Chango Farías Gómez. Ahora, luego de una separación con mi pareja y de otras cuestiones personales, pensé en parar y volver al sonido criollo, a preguntarme por qué estoy en este camino", cuenta Bernal, nacida en la primavera del '73 y madre de Lucas Tadeo, de cinco años.
Casi en contraposición con el primer disco, Paola acaba de lanzar Por el camino. El segundo trabajo tiene sonido criollo y composiciones de próceres del folclore, como Atahualpa Yupanqui (Piedra y cielo), Ramón Ayala (Mi pequeño amor), Alfredo Zitarrosa (Qué pena) o la dupla Eduardo Falú y Jaime Dávalos (La nostalgiosa). El compacto cierra con una versión power de La colina de la vida, de León Gieco, a quien, justamente, acompañó el domingo en el cierre de la segunda luna del festival.Así como Bernal buscó al Chango Farías Gómez para el primer disco, en este último se reunió con Roberto Cantos, del Dúo Coplanacu.
"Tenía la necesidad de reencontrarme con una cueca, con una zamba hermosa", explica. "En definitiva: con las cosas que yo disfruto y que puedo cantar. Encontré en Roberto a un aliado impresionante y fuimos buscando canciones y armándolo con total naturalidad", dice la mujer, que compartió escenario con artistas como Luis Salinas, Mercedes Sosa, Peteco Carabajal y Rubén Rada.
En esta nueva llegada al festival, Bernal estará acompañada sólo por una guitarra, un bandoneón y su bombo. Y cuenta su relación con el encuentro. "El trato con la gente que organiza Cosquín fue mejorando. En estos años me he peleado con algunas administraciones y he forjado una buena relación con otras. De todas formas, mi trabajo es de todo el año y va más allá de este festival, en el que me encanta participar".
Paola vivió algunos años en Buenos Aires, donde abordó otros géneros, como el jazz y el blues, además de formar parte del grupo Los Descendientes. Luego de esos años de exilio voluntario, regresó a la ciudad de Córdoba y está planeando volver a Cosquín. La idea es desarrollar su carrera desde el valle y también potenciar el trabajo como docente que, dice, la acerca otros públicos y otros saberes.
"Regresé a la provincia cuando estaba embarazada de mi hijo. Desde hace muchos años ejerzo la docencia. Es un placer poder ayudar a otros a que descubran su instrumento y a vencer el prejuicio del yo no puedo cantar". Te diría que enseñando disfruto tanto o más que cantando. Es algo natural, que te conecta con la gente y con los sentimientos. Es muy hermoso".